martes, 13 de mayo de 2008

Respeto

Continuamente estamos escuchando "yo te respeto", "es que ya no hay respeto por nada", "se ha perdido el respeto por los mayores", etc., etc.. Ahora bien, creo que de tanto usarla se está vaciando de contenido; hay un uso indiscriminado y poco riguroso de esta palabra que la está descargando de contenido significativo, apenas tiene significado, por mucho que nos empeñemos en reivindicarla.

Estaría bien que tengamos claro qué es lo que queremos conseguir cuando exigimos reiteradamente respeto por, porque todo lo que se utiliza en exceso termina por desgastarse. Entonces creo que ha llegado el momento de llenarla nuevamente de contenido. Pero ¿las palabras deben mantener el significado originario?. Creo que no, pero el conocerlo nos ayuda a comprender lo que se expresa o se describe, pues, aunque todos (vs. EXORDIO) conocemos el significado actual, sin embargo, ¿qué es lo que queremos reivindicar?.

En el diccionario Tesoro de la lengua castellana, publicado en el 1.611, lo define como "Es miramiento y reverencia que se tiene de alguna persona, porque miramos a no ofenderle", aunque el término aparece escrito por primera vez en 1,438. En el Diccionario de uso del español de María Moliner aparece "Actitud de la persona que guarda las consideraciones debidas a las personas o las cosas".

Todo esto está muy bien, pero ¿y el uso que hacemos de él -concepto- o de ella -palabra-?. Parece que en el término va incluido, además de la actitud y el sentimiento de tener en consideración la excelencia, otro elemento tan importante o más que ésos, como puede ser la coherencia del individuo al actuar, es decir, es un sentimiento positivo que demuestra su valor al llevarlo a cabo. El sentimiento, que cada individuo tiene, debe transformarlo en un acto de reconocimiento de los valores de los demás.

“Tener respeto por”, “quiero que me respeten”, “pido que respetes mi intimidad”, etc., son expresiones que salen de nuestro sentir más profundo, pero para ello es necesario que en la otra persona haya un miramiento o consideración hacia lo ajeno. Cuando éste falla, hemos caído en lo más bajo, como es la desconsideración, la incoherencia, el demostrar que no tenemos la capacidad de valorar adecuadamente a los demás, todo ello hace que se empeñezca quien así actúa. Ya lo dice la cantante BEBE en su canción “Malo”: “Cada vez que me dices puta, se hace tu cerebro más pequeño”.

En la convivencia en pareja, cuando se falta el respeto es porque queremos imponer nuestras propias costumbres, sentimientos, e incluso, caprichos sobre la otra persona y eso, yo, al menos, no lo trago, aunque siempre hemos de tener en cuenta nuestras imperfecciones y errores, porque se solucionan fácilmente actuando con lealtad y coherencia (=coincidencia entre palabra y acción).

Es conveniente, también en esta ocasión, hacer referencia a la etimología de la palabra: procede de res-, hacia atrás, y spicio, mirar; de ahí se deduce figuradamente la atención, la consideración hacia los demás (personas, objetos, costumbres y otros comportamientos). Cuando alguien “falta el respeto”, inmediatamente los demás lo reconocen como un ser insignificante, de poco valor, egoísta, ególatra, malévolo, intolerante, maltratador (no tiene porqué ser agresión física), etc.. El respeto se tiene o no se tiene, independientemente de la configuración fisiológica que cada cual presente. Aquí no valen las medias tintas: si hoy, si estoy de acuerdo contigo, te respeto, pero en el momento en que tengas opiniones enfrentadas, será el grito, el mal gesto, la ironía, el desprecio, etc., etc., las que se manifiesten en la acción.

Un saludo y espero que aportes tu opinión.

Luis Domingo

No hay comentarios: